A lo largo de muchos de los artículos que hemos ido publicando en este espacio hemos compartido nuestra filosofía de construcción, inseparable de nuestro compromiso medio ambiental al entender que un hogar saludable lo ha de ser con nosotros mismos y con nuestro entorno. Y es que, a pesar de que las normativas medio ambientales van cobrando cada vez más peso y que desde hace años existen certificaciones maduras como BREEAM (Building Research Establishment Assessment Methodology), lo cierto es que todavía es preciso dar un impulso mayor a la arquitectura sostenible o la bioconstrucción.
Una de las máximas que entendemos en Blues Simon Group que se ha de dar es que la vivienda se adapte al entorno y no a la inversa; da ahí que muchos de nuestros esfuerzos se dirijan hacia esa integración orgánica de la edificación con la naturaleza. Este punto no consiste únicamente en una cuestión estética, sino en el mismo ciclo constructivo, partiendo por el diseño, pasando por los materiales seleccionados y terminando por la gestión de residuos y posterior mantenimiento.
En esta línea, huelga decir que cualquier empleo de materiales que contengan metales pesados (cromo, zinc…) o PVC, así como de pinturas que emanen partículas tóxicas como xileno, tolueno, cetonas, etc. están terminantemente prohibidos.
Jugar junto a la naturaleza
Uno de los principios irrenunciables de una vivienda sostenible es que ésta saque el máximo partido de las condiciones naturales, no sólo del terreno sobre el que se levanta –para lo que se realizan estudios geobiológicos-, sino de su orientación, condiciones climáticas, etc. Es lo que comúnmente se entiende por “bioclimática” y que permite que las necesidades energéticas de la edificación se reduzcan al mínimo. Más que jugar con la naturaleza, sería más bien hacerlo junto a ella, con aprovechamiento de energía solar, eólica, geotérmica, etc.
En alguna ocasión hemos abordado las ventajas de cumplir con estándares como Passivhaus, que dan lugar a los edificios pasivos en los que es posible reducir las necesidades de calefacción y refrigeración en más de un 75%. Realizando un estudio previo atendiendo a esta metodología (del tipo de aislamiento, puentes térmicos, orientación de huecos…) podemos conseguir que nuestra vivienda trabaje por nosotros, manteniendo las condiciones termohigrométricas (ambientales de temperatura, humedad y ventilación) sin aporte energético adicional.
La importancia de los materiales
La elección de los materiales es esencial en un proyecto de vivienda sostenible, que nos brinda la oportunidad de recuperar algunos que hasta no hace mucho tiempo se tenían algo abandonados. En este sentido, la madera es la reina, no sólo por ser uno de los materiales con menor impacto ambiental en su producción sino, además, por su buena capacidad aislante, capaz de ahorrar cerca de un 60% en calefacción/refrigeración. A ello se suma, además, el abaratamiento que supone respecto a otras alternativas, pudiendo combinarse fácilmente con ellas.
No podemos olvidar otro de los materiales con los que mejor combina la madera: la piedra natural, que también pasa por ser uno de los grandes aislantes contra las inclemencias del tiempo. Se ha convertido, de hecho, en uno de los grandes exponentes de la arquitectura sostenible, desde la pizarra a la caliza, pasando por la arenisca, el mármol o el granito, entre otros.
La parcela también es hogar
Por otro lado, la arquitectura sostenible no se centra exclusivamente en la vivienda en sí, sino también en cuanto la rodea, es decir, la parcela en la que se encuentra, donde podemos disfrutar del entorno natural aprovechando el amplio abanico de especies autóctonas que nos regala el clima mediterráneo.
Apostar por ello, no sólo nos procurará un entorno más saludable, sino que facilitará el mantenimiento de las plantas con un menor consumo de agua. Disfrutar del sosiego de un buen jardín y extender nuestro hogar saludable al exterior está a nuestro alcance con muy poco esfuerzo, apostando incluso por innovadoras soluciones como los jardines verticales que harán las veces de aislante, llegando a absorber hasta el 50% del ruido generado en el exterior de la casa.
Si está barajando la posibilidad de emprender un nuevo proyecto de vivienda, 2021 puede ser un buen año para apostar por la arquitectura sostenible y recuperar la conexión con la naturaleza.
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