Ha tardado en llegar, pero el calor ya está aquí y ha venido para quedarse una buena temporada. Viendo la constante subida del recibo de la luz, ¿qué podemos hacer para refrigerar la casa sin penalizar en exceso nuestro bolsillo?
La instalación del aire acondicionado es una de las opciones más extendidas, pero debemos llamar la atención sobre una serie de puntos que no siempre se tienen en cuenta:
- En primer lugar, es básico pedir ayuda a un profesional porque, en función de los metros cuadrados de la habitación en la que lo instalemos, precisaremos una potencia u otra, lo que revertirá en nuestra factura. Siempre revisa el etiquetado de eficiencia energética y pide consejo sobre el lugar de instalación ideal para cada habitación.
- Fijar la temperatura en unos 25 ºC–y no por debajo- es una de las mejores opciones porque no disparará la diferencia con la temperatura exterior y nos mantendrá frescos. Es importante resaltar que por cada grado que aumentemos, obtendremos ahorros de alrededor del 8%.
- En las horas de mayor calor, es importante bajar persianas y toldos, que contribuirán a reducir el consumo del aire acondicionado en un 30%. Asimismo, si cerramos puertas y ventanas de la estancia a refrigerar, la temperatura de confort se alcanzará mucho antes, siendo más sencillo prolongarla.
- Si nos vamos a ir de casa, no hay por qué apagar el equipo justo cuando nos vamos; lo podemos hacer un poco de tiempo antes y la sensación de frescor se mantendrá hasta que nos vayamos.
- Por último, el mantenimiento de los equipos es crucial, con una limpieza periódica de los filtros que, sin duda, mejorará la eficiencia del aparato.
Alternativas económicas
- Tengamos o no aire acondicionado, siempre es aconsejable recurrir al freecooling, esto es, a la misma naturaleza, ventilando la casa abriendo las ventanas en los momentos del día con las temperaturas más bajas.
- Los ventiladores son una de las alternativas tradicionales más económicas: aunque suelo muevan el aire y no lo enfríen, puede reducir la sensación térmica entre 8 y 4ºC. Además, si los ponemos bajo la ventana, aprovechará el aire que viene del exterior mejorando su rendimiento.
- En los últimos años, se ha popularizado los climatizadores evaporativos, esto es, enfriadores de aire. Básicamente y con ayuda de un ventilador, estos aparatos hacen pasar el aire por un filtro húmedo, expulsándolo después con alrededor de 15 grados menos de temperatura. Son mucho más eficientes energéticamente que un aparato de aire acondicionado, pues tienen un muy bajo consumo, si bien es cierto que en los ambientes con temperaturas muy altas con elevados índices de humedad ofrecen peor resultado. Esta opción es mejor que los climatizadores, que por lo general consumen mucho.
- Aunque pareciera que no refresca directamente, el uso eficiente de las luces sí que lo hace indirectamente. Si minimizamos el uso de luz eléctrica y, cuando hagamos uso de ésta recurrimos a LED, veremos cómo desciende la temperatura del hogar. Lo mismo sucede con los electrodomésticos que no utilicemos; apagarlos, reducirá el calor que desprenden.
Lo más innovador
Entre los proyectos más innovadores, destaca el uso de la geotermia, que algunos edificios ya están utilizando. Se trata, en esencia, de utilizar la energía del suelo, de manera que en invierno se extrae su calor para alcanzar una temperatura de confort en el hogar y, en verano, se inyecta en el suelo el calor de la vivienda.
Ya existen experiencias de este tipo en España que, por ejemplo, consiguen enfriar el agua de un tanque mediante este sistema, haciendo circular después el agua fría por un suelo radiante que refresca las estancias. Tras la inversión inicial necesaria, es importante destacar que se pueden llegar a obtener ahorros en la factura de la luz de hasta un 80%.
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