metaverso

En 2021 el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, agitaba el avispero tecnológico anunciando el cambio de nombre de su compañía por Meta y barruntando que el metaverso, también conocido como metauniverso, será el futuro. Se trata de un espacio virtual en 3D en el que las personas pueden interactuar en tiempo real a través de avatares. Zuckerberg lo ha bautizado como “el próximo capítulo de internet”, aunque está prácticamente todo por hacer. El metaverso está en construcción.

Se ha generado mucha expectación sobre cómo será este metauniverso y cuáles serán las reglas que lo rijan. ¿Tendrá nuestro sector, el de la Construcción algo que decir al respecto? Y la respuesta, definitivamente, es sí. De hecho, algunos de los arquitectos más famosos ya han querido tomar posiciones; es el caso del estudio de arquitectura Norman Foster, que ya comenzado a proyectar este espacio virtual.

De la Construcción 4.0 al metaverso

Los arquitectos se han convertido en uno de los perfiles profesionales más codiciados para la construcción del metaverso. Aunque también cobrarán protagonismo aquellas personas que tengan experiencia en el desarrollo de videojuegos, efectos especiales o películas de animación, los arquitectos ‘del mundo real’ están siendo muy demandados para la creación del metaverso.

Quienes hubieran dado el salto a la Construcción 4.0 tendrán mucho terreno ganado, especialmente aquellos que ya hayan experimentado con software para realizar diseños tridimensionales, realidad aumentada y realidad virtual.

El reto para los arquitectos es diseñar un espacio virtual que sea realmente inmersivo y se integre a la perfección con las tecnologías XR, es decir, realidad aumentada, realidad virtual, etc. A priori, las posibilidades son infinitas y, además, modificables tantas veces como se quiera, a diferencia de lo que sucede en el mundo real.

Metaverso como banco de pruebas

El nuevo espacio virtual está por diseñar y construir y tendrá diferencias respecto al mundo real, pues hay acciones que no es necesario realizar. Así, por ejemplo y aunque los avatares interactúen en el metaverso, no serán necesarios espacios para comer, asearse o dormir, pues las representaciones virtuales no precisarán de ello. Esto, inevitablemente, cambia el modo en que se diseña el mundo.

Por otro lado, si un arquitecto proyecta una solución técnica para un problema que no funciona, puede rehacerla a gusto hasta que funcione, sin preocuparse excesivamente por su envergadura, ya sea a nivel de materiales, diseño estructural, iluminación o seguridad. La buena noticia es que el metaverso podrá utilizarse en muchos casos como banco de pruebas para el mundo real antes de ejecutar proyectos y, de ese modo, ahorrar mucho dinero y esfuerzo.

Compra-venta de inmuebles

Las fronteras entre lo real y lo virtual cada vez son más difusas, como demuestra que la marca Balenciaga haya llegado a estrenar sus colecciones en un videojuego. En este sentido, el metaverso ya está generado negocio en el mercado inmobiliario, como demuestra que la compañía Republic Realm comprara un terreno virtual en el metaverso de The Sandbox por más de 4 millones de dólares. El objetivo era convertirlo en Fantasy Islands, un complejo de 100 islas de las que, sólo en el primer día, ya vendió 90 multiplicando por ocho su inversión inicial.

Según un informe elaborado por MetaMetric Solutions, la venta de inmuebles en el metaverso durante 2021 alcanzó los 500 millones de dólares, confiando que en 2022 prácticamente se doble la cifra. Sólo en enero, ya se han registrado operaciones por valor de 75 millones de dólares.

En España, Uttopion (imagen superior) es la primera experiencia de metaverso y  ya ha puesto terrenos a la venta en sus dos espacios Musichood y Sportsvilla,  dedicados a la música y el deporte, respectivamente. Pues bien, los precios van de los 2.000 a los 20.000 euros y ya cuenta con 1.000 solicitudes de venta.