Llega el verano, aprieta el calor y las piscinas se convierten en nuestro mejor aliado para combatir las altas temperaturas, pero, ¿cómo han evolucionado a lo largo del tiempo? ¿Cuáles son las últimas tendencias?
En general, menos es más. El minimalismo se ha instalado en el diseño de nuestros refugios del calor, lo que en ningún modo va parejo a un menor número de prestaciones. Aquellas provocadoras, incluso excesivas, piscinas con forma de riñón han ido progresivamente dando paso a una mayor sobriedad en las formas,
Unas rectas que favorecen, además, una de las tendencias de la que hace tiempo que ya hablamos y continúa al alza, como son las piscinas desbordantes con efecto infinito, es decir, esas piscinas cuyos límites se confunden con el horizonte, mezclándose las líneas entre piscina y el mar, por ejemplo, de nuestra bahía de Altea. En los casos en los que es posible, también hay quien se inclina por introducir el cristal en al menos uno de los laterales de la piscina, lo que le confiere formas más limpias y un mayor disfrute del azul intenso del agua.
Asimismo y rompiendo esta austeridad en las líneas encontramos en ocasiones fórmulas para dar dinamismo al agua, como son la instalación de chorros, desbordes o, incluso, pequeñas caídas de agua.
Por otro lado, los cambios en el diseño no sólo afectan al aspecto interior, sino también bajo el agua, puesto que a diferencia de lo sucedía en el pasado, ya no se buscan zonas de la piscina con gran profundidad. Con unas dimensiones adecuadas para el relax o practicar la natación, este ajuste del fondo del vaso hace que cada vez las piscinas sean más sostenibles, con menor consumo de agua y un mantenimiento mucho más asequible.
Juego de revestimientos
Las nuevas tendencias en piscinas también han revolucionado su construcción a nivel del revestimiento y los tradicionales gresites azules conviven con otras fórmulas. No sólo eso, sino que dentro de esta opción de revestimiento cerámico o porcelánico, se está optando por otros colores y formas, más allá del pequeño gresite cuadrado de toda la vida. De esta manera, se da paso a formatos de hasta 18×18 que conjugan tonalidades turquesas, con verdes, azules intensos y, para los más atrevidos, colores cálidos más rompedores como el rojo o el naranja.
Al mismo tiempo, la fibra de poliéster y el liner o la lámina armada, con algunos modelos con efectos 3D, son otras de las opciones más presentes en el mercado, superando hasta la fecha a las pinturas plásticas o los revestimientos continuos (poliureas, microcemento, resinas, etc.) que persiguen más durabilidad que estética.
En este punto, merece la pena detenerse en una moda que cada vez gana más adeptos como es la arena. En realidad, no se trata únicamente de arena, sino que ésta se combina con diferentes tipos de resina y, tanto al ojo como al tacto, nos proporciona una sensación de playa en función de su grado de rugosidad.
Incorporar tecnología en las piscinas
Hablar de las piscinas y sus últimas tendencias nos lleva también a su mantenimiento y en este punto el nuevo rey es el clorador salino que ha venido a sustituir a las pastillas de cloro. En su incesante evolución, este sistema va incorporando cada vez más cloradores salinos de baja sal o cloradores salinos de cloruro de magnesio que, además, encuentran su complemento perfecto para la desinfección en los equipos de rayos ultravioleta o de ozono.
Por último, no podemos olvidar la llegada de la domótica también a este espacio de la casa. Aunque es cierto que se encuentra en un estado incipiente, el Internet de las Cosas (IoT) y sus sensores ya permiten controlar desde el teléfono móvil los niveles de cloración, la climatización o la iluminación que, con la apuesta por LEDs, nos proporcionará baños relajantes nocturnos con un mínimo consumo.
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