Un año más, Cevisama abría sus puertas en Castellón reuniendo a lo más granado del mercado nacional e internacional de la cerámica. Lo hacía la semana pasada, reuniendo a cerca de 800 empresas, más de 100.000 visitantes–con 17.000 profesionales extranjeros- a lo largo y ancho de sus más de 120.000 metros cuadrados.

El peso de una feria como Cevisama está fuera de dudas –ya se considera la cuarta feria española que más valor nos aporta a los profesionales-, como prueba la presencia de visitantes de más de 80 países y en la que nuestra Comunidad Autónoma reina a nivel de fabricantes, pues el 85% de ellos se concentra en Castellón. Inaugurada el pasado 28 de enero por la ministra de Industria, Reyes Maroto, esta cita anual consigue año a año acaparar una mayor atención internacional, habiendo crecido el número de expositores extranjeros en un 20% respecto a 2018 y desprendiendo este año un clima optimista de recuperación.

Cevisama 2019

Buena salud del sector

La feria sirvió para conocer de primera mano el estado de salud del sector de la cerámica que, según los datos facilitados por la Asociación Española de Fabricantes de Azulejos (Ascer), en 2018 produjo más de 530 millones de metros cuadrados de azulejos, lo que supuso ventas por valor de 3.600 millones de euros (un 2% más que el año anterior).

Otra buena noticia es, además, que las ventas en el extranjero continúan su senda de crecimiento con un nuevo récord histórico de 2.710 millones de euros, llegando ya a 187 países de todo el mundo. En España, el mercado roza ya los 890 millones de euros, creciendo a ritmos próximos al 8%.

Desde el punto de vista de mercados, han destacado dos sobremanera. Por un lado, el italiano, que se erige como el que mayor competencia representa para el español. Por otro, el de EEUU, que paulatinamente va incrementando sus importaciones (9,4%), siendo ya el segundo mayor mercado. No podemos olvidar, además, a los países árabes, para los que España y Cevisama en cuestión es una referencia.

Tendencias más coloristas

Si hubiera que destacar una tendencia, hemos de fijarnos en los formatos XXL, con los que se persigue regresar a lo clásico, pero de un modo refinado, vistiendo paredes y suelos. La personalización es otra nota predominante, que abre la puerta a introducir la cerámica en espacios de la casa donde hasta hace muy poco no se concebía.

Se percibe en el sector una huida del minimalismo, de esa sobriedad exagerada de los últimos años, mirando más hacia los colores vivos, las presentaciones de la naturaleza. Ahí quizás, y aunque todavía se conserve el gusto por colores suaves con rosas, terracotas y naranjas, sí podríamos hablar de un dominio de formatos más pequeños, con colores que recuerdan al confeti, con tonos rosas, azules y morados. Se intuye una estilo más decorativo, jugando con los mosaicos, combinándose con otros materiales como la madera de todo tipo (palisandro, bambú, vengué o eucalipto).

La redefinición del lujo

Asimismo, Cevisama ha traído consigo una redefinición del lujo, caracteriza por jugar con un amplio abanico de tipologías de piedra natural (piedra burlington, semipreciosas, ónices y mármol apuano), con vetas abundantes y diagonales, lanzándose a los tonos más oscuros –que en absoluto lúgubres- para brindar la oportunidad de jugar con las luces y la sombras.

Por otro lado, entre los productos más destacados, es de justicia citar a Rocersa, que se hizo con un Alfa de Oro con su producto tridimensional que no precisa esmaltes y que puede iniciar una nueva andadura en las baldosas cerámicas.