El éxito de una empresa es una labor de equipo. En Blues Simon Group siempre hemos estado convencidos de ello y, desde el inicio hace más de una década, supimos que, sin las personas que hay detrás, sería imposible imprimir el sello de calidad que viene aparejado a cada una de nuestras obras.

Uno puede contar con los mejores materiales, los mejores terrenos, los proveedores mejor valorados, etc. y, sin embargo, no alcanzar la excelencia que persigue. Para alcanzar esa meta es importante contar con un equipo a la altura, algo que no es, precisamente, un sprint, sino más bien una carrera de fondo.

Así pues, se trata de un proceso, dado que para que Blues Simon Group construya espacios tan exclusivos es condición indispensable haber construido previamente un buen equipo y, como en toda obra, tan importantes son los cimientos como la cubierta, mimando hasta el último detalle.

Captar y retener talento

El talento es la piedra angular de todo buen equipo, independientemente de los diferentes departamentos de la organización. En este sentido, tan importante es saber captarlo, como retenerlo y amplificarlo.

En el primero de los puntos, resulta crucial saber identificar a tiempo las necesidades de la empresa, esto es, qué áreas no están cubiertas con el talento necesario para lograr los objetivos deseados. Hallada la carencia, hay que buscarle solución, bien sea interna o externamente.

En ocasiones, algún miembro del equipo posee las actitudes y aptitudes necesarias para desempeñar nuevos roles que están por cubrir, sin que sea preciso fichar a trabajadores nuevos. De este modo, a través de procesos de promoción interna, nuestros empleados ven recompensado su buen trabajo.

Este tipo de acciones son, entre otras, las que contribuyen a retener el talento existente en el equipo, transmitiendo el mensaje a toda la plantilla de que no hay techos de cristal, pues tanto como crezca ella, crecerá la organización.

Equipo

Formación personalizada

La formación continua, permitir que cada trabajador crezca dentro de la empresa es otra las premisas de Blues Simon Group que le ha llevado a, no sólo ampliar el talento de su equipo, sino contar con una tasa de rotación de personal mínima.

Sin embargo y a diferencia de lo que sucede en otras organizaciones, siempre hemos tenido claro que el ‘café para todos’ no era una receta para nosotros. Apostamos, en cambio, por una formación personalizada, tanto para la plantilla de oficina como para la plantilla de obra que, en total, rondan el medio centenar de personas.

Nuestros programas de desarrollo personal están pensados para que, de acuerdo a las necesidades y objetivos, los trabajadores avancen en sus propias carreras profesionales, fomentando nuevas habilidades y ampliando su campo de conocimiento.

En este capítulo de capacitación, no se contempla únicamente la formación per se, sino también la búsqueda de inspiración, la amplitud de miras en, por ejemplo, ferias internacionales de diseño, decoración, arquitectura, etc. Nunca hemos sido amigos de mirarnos el ombligo, sino todo lo contrario, abrirnos hacia fuera para conocer, participar y formar parte de las nuevas tendencias del sector.

El equipo como valor de empresa

Desde Blues Simon Group apostamos por invertir en las personas, puesto que desde nuestra óptica no hay mejor valor que ese. A fin de cuentas, nuestra visión pasa porque el valor de la empresa se concrete en lo que valen las personas, en ese equipo construido durante años en el que cada una de las piezas contribuye a la excelencia con la que se nos reconoce en el mercado.

Nos gusta pensar que no seríamos lo que somos, que no haríamos lo que hacemos, sin todas esas personas en las que es preciso revertir los beneficios, de manera conjunta, creando un sentimiento de familia profesional que rema en la misma dirección. En definitiva, nos gusta pensar que conceptos como “empoderar al empleado” o lograr su “engagement” (compromiso) son prácticas que llevamos fomentando en Blues Simon Group desde hace más de diez años y eso, a la postre, lo percibe el mercado.