Las ventanas ocupan un lugar muy destacado en cualquier proyecto de reforma o nueva construcción de una casa. Desde hace cuatro años, además, ya existe un sistema de etiquetado voluntario de eficiencia energética, similar al de los electrodomésticos, que nos ayudará mejor en nuestra elección.

Los beneficios de sustituir unas ventanas poco eficientes por otras de mejores prestaciones saltan a la vista: reducción de las pérdidas energéticas, ahorros en la factura de la luz, mayor confort térmico y acústico, etc.

Sin embargo, no siempre prestamos la debida atención a este elemento de la construcción que, cuando habitemos la casa, será crucial para nuestra comodidad. El etiquetado energético nos ayudará a ajustar nuestras expectativas a lo que estamos comprando.

Ventanas Eficientes

Componentes del etiquetado

A pesar de la similitud con el etiquetado de electrodomésticos, una de las diferencias respecto a éste es que se distingue una clasificación de invierno y otra de verano. En la de invierno, podemos distinguir hasta siete niveles de eficiencias, siendo el mejor el verde con la letra A y el menos eficiente el rojo con la letra G.

Por su parte, la clasificación de verano presenta tres niveles de eficiencia en una escala que va desde las tres estrellas para las ventanas más eficientes hasta una estrella para las menos eficientes.

Asimismo, en este etiquetado aparece una ficha técnica que aporta mucha información relevante:

  • Transmitancia térmica de la ventana (U medido en W/m2k). Se trata del indicador del flujo de energía a través de la ventana desde el lado caliente al lado frío. Cuanto menor es el valor, mayor es la eficiencia térmica. Por lo general, las ventanas abatibles y oscilobatientes (con sistema de cierre con manilla), suelen tener mejor clasificación que las correderas porque la hoja ejerce presión sobre el marco.
  • Permeabilidad al aire (clase). Se refiere a la propiedad para evitar las filtraciones de aire entre los recintos que separa. Hay hasta cuatro clases, siendo la clase 4 la mejor, pues supone menores filtraciones y una mayor estanqueidad.
  • Factor solar del acristalamiento (g, dimensional). El vidrio cuenta con determinadas características que permiten una mayor o menor transmisión de la radiación solar incidente hacia el interior de la vivienda. Cuanto mayor es el factor g, más cantidad de radiación solar entra en la vivienda. A diferencia de otros indicadores, para seleccionar éste es preciso tener en cuenta valores como la orientación principal, la situación geográfica, etc.

En esta misma línea, es importante destacar que una buena utilización de los sistemas de sombreamiento (voladizos, toldos, persianas…) permitirá conseguir unos mejores resultados de eficiencia energética, evitando ganancias de calor.

Errores comunes

Recuerde la importancia de contar con un proyecto o, al menos, con la intervención de un técnico más allá del mero instalador. De no ser así, la ejecución de los trabajos no siempre cuenta con la profesionalidad que fuera deseable, cometiéndose numerosas infracciones.

En ese sentido, es importante que las ventanas que se instalen cumplan con la legalidad, algo que no siempre sucede. Entre los requisitos obligatorios que han de cubrirse destacan el marcado CE (obligatorio desde febrero de 2010), así como  cumplir el Documento Básico de Ahorro de Energía (DB HE) del Código Técnico de la Edificación (CTE).

Cuando se cometen estas infracciones, no sólo es un fraude de ley, sino que va en perjuicio del propio cliente, pues se pierden importantes beneficios en cuando a ahorro y eficiencia energética, lo que más pronto que tarde se notará en su bolsillo. Por el contrario, instalar unas ventanas con garantías es una apuesta de futuro, pues su vida útil ronda los 30 años, lo que ayudado a reducir la emisión de gases de efecto invernadero.