Innovar está en el ADN de Blues Simon Group desde sus orígenes, no sólo en cuanto a la elección de materiales, sino también en los mismos procesos de edificación. Por este motivo, no dudamos en explorar las últimas tendencias constructivas, como es el caso de los forjados postesados que históricamente se han empleado en obras de construcción civil, como puentes, y que ahora trasladamos a la edificación residencial.

Este tipo de forjados, basados en el hormigón pretensado, se elaboran mediante una técnica por medio de la cual se tesan cables de acero después del fraguado de hormigón, cuidando mucho que éste haya alcanzado la resistencia suficiente para soportar las tensiones aplicadas. Obviamente, para aplicar este método es preciso utiliza tanto hormigones como acero de alta resistencia.

De los puentes a la casas

Originariamente, la técnica se utilizaba fundamentalmente en la construcción de puentes, pero poco a poco se ha ido trasladando a otras edificaciones. En mercados como el estadounidense fue cobrando protagonismo en la década de los años 60. Previamente, ha sido necesario ir salvando algunas incidencias, como las deformaciones cuando los espesores de las losas oscilaban entre 20 y 25 centímetros, por ejemplo. 

Sin embargo, la técnica evolucionó extraordinariamente y una de las primeras aplicaciones adicionales que se dieron fueron los estacionamientos, pasando después a otras grandes instalaciones como complejos polideportivos, piscinas cubiertas, terminales de autobuses o aeropuertos, etc.

Con el paso del tiempo, ya es posible encontrar esta técnica constructiva en cines y teatros, hoteles, hospitales o grandes oficinas industriales. El denominador común son las dimensiones, capaces de albergar un gran público con grandes extensiones diáfanas.

Forjado Postesado

Ventajas frente al forjado tradicional

Blues Simon Group, en cambio, apuesta por la técnica para el uso residencial, explotando todas sus virtudes, desde la flexibilidad que aporta a la hora de distribuirlo como el juego que da para crear plantas muy abiertas, con grandes vanos entre los pilares. Además, permite el aumento de altura libre entre plantas, pues el canto de la losa queda reducido a la mitad en comparación con un forjado tradicional. Dicho de otro modo, la incompatibilidad que históricamente ha existido entre la obtención de grandes luces al tiempo que se reducía el espesor de los forjados se ha eliminado por completo.

Desde el punto de vista estructural, su continuidad hace que el número de juntas y de hormigonado y dilatación se reduzca, lo que confiere a la construcción una mayor integridad estructural.

La aplicación práctica a un proyecto

Uno de los inconvenientes de la técnica es que el montaje de los encofrados requiere más tiempo que con el sistema tradicional y más personal implicado de manera simultánea, pero con una correcta planificación no es un obstáculo difícil de sortear. Además, en contraposición tiene la ventaja de que permite retirar el apuntalamiento mucho antes.

Adicionalmente, los forjados postesados engarzan a la perfección con nuestra filosofía de respeto por el medio ambiente, puesto que requieren el uso de menos materiales (hasta un 40% menos de hormigón y un 75% de acero), con lo que se reduce la huella de carbono de la edificación (menos emisiones de gases de efecto invernadero, tanto en la producción de los materiales como en su transporte hasta el lugar de construcción).

Por todo lo expuesto anteriormente, la técnica ya es una realidad en uno de nuestros últimos proyectos, el llevado a cabo de manera conjunta con Ramón Gandía Brull (RGB Arquitectos), el Arquitecto Técnico,  Joaquín Pérez (JJ Arquitectos Técnicos) y Royal Residence Lifestyle. Su diseño de altura baja pero con una gran superficie en cada planta, hacía de esta vivienda un proyecto ideal para dar rienda suelta a nuestro afán innovador.