La cubierta es uno de los elementos más importantes en la construcción, pues su función es proteger a las construcciones de los agentes externos. Por este motivo, no sólo es conveniente prestar atención a su diseño, sino también a su resistencia y durabilidad.

Para su construcción se pueden emplear una amplia variedad de materiales, que van desde el zinc, las chapas de acero galvanizado o la madera a la tejas de cerámica o la pizarra, entre otros. Sin embargo, antes incluso de elegir el material para nuestro tejado, habremos de decidir qué tipo de cubierta deseamos para nuestra vivienda.

Si tuviéramos que comenzar por la clasificación más básica, podríamos distinguir dos tipos de cubiertas diferentes: las planas y las inclinadas, si bien es cierto que ninguna es totalmente plana, pues de ser así resultaría imposible evacuar el agua de las precipitaciones. Así las cosas, las cubiertas planas suele contar con una inclinación mínima del 3%.

Cubiertas

Cubiertas planas

Aunque pareciera que sólo existe un tipo de cubierta plana, lo cierto es que podemos encontrar diversas modalidades:

  • Invertidas: su característica principal es que el aislante térmico es el que protege al sistema de impermeabilización y no al revés. Por ello, es muy importante que el aislamiento utilizado sea muy resisten al agua.
  • Transitables: es la típica azotea, a la que podemos subir y pasear por ellas si han sido convenientemente protegidas con una balaustrada. El piso suele ser de materiales arcillosos que favorecen la protección contra las filtraciones de agua.
  • Verdes: en lugar de emplear únicamente tierra-los terrados, como se llaman en zonas costeras-, se planta vegetación, lo que no sólo cumple función decorativa, sino que mejora la regulación térmica.
  • Inundadas: no son muy comunes todavía y consiste en sustituir las plantas del tipo anterior con agua, lo que contribuye a aislar la superficie tanto de los picos de calor como de frío. Precisamente por ello, pueden ser una buena opción en los lugares donde el contrate térmico noche-día sea muy acusado.

Cubiertas inclinadas

Por su parte, las cubiertas inclinadas suelen presentar una pendiente superior al 10% para cada uno de sus faldones, que es como se denominan los dos planos inclinados. Dentro de esta clasificación, podemos encontrar también una amplia variedad, determinada en gran medida por el sistema que emplee para la evacuación del agua de las lluvias:

  • A un agua:Construida con un único faldón inclinado, este tipo de cubierta es especialmente idóneo para ampliaciones de la casa.
  • A dos aguas:podríamos decir que es el estándar más empleado en las viviendas unifamiliares, no sólo por la facilidad de construcción y su flexibilidad a la hora de adaptarse a los diseños arquitectónicos, sino también por su elevada funcionalidad. Además, se puede romper con la simetría de la cubierta con uno de sus faldones de mayor longitud.
  • A cuatro aguas: se compone por cuatro faldones y, además de que desde el punto de vista constructivo es más complejo, ofrece peor ventilación que el modelo anterior. Sin embargo, este tipo de cubierta es muy recomendable en las regiones golpeadas a menudo con vientos fuertes. Existe una variante, llamada cubierta holandesa, que incorpora una cabeza en los dos extremos de la cabeza, lo que favorece una mayor iluminación.
  • A la mansarda: Este diseño es uno de los más complejos, porque a los faldones de la cubierta incorpora otros de mayor inclinación, con lo que se aumenta el espacio bajo la cubierta. También existe una versión denominada cubierta con faldones de mansarda, en la que estos nuevos faldones todavía presentan una inclinación más pronunciada, permitiendo aprovechar tanto el espacio interior del techo que, incluso, es habitual la instalación de ventanas.
  • Cubierta en mariposa: A pesar de lo vanguardista del diseño, que recuerda a una cubierta a dos aguas invertida, este modelo puede traer más inconvenientes que ventajas: aunque es cierto que proporciona mucha luz y ventila muy bien, el drenaje del agua de lluvia puede ser un problema. Algo parecido le sucede a la cubierta en diente de sierra, es decir, en forma de M.