Desde Blues Simon Group arrancamos 2019 cargados de ilusión para afrontar, no sólo los retos que nos depara el nuevo año, sino los que estamos dispuestos a autoimponernos. Nuestra premisa es innovar, porque estamos convencidos de que sin innovación el crecimiento es un puro espejismo que no tarda en desvanecerse. Y si algo tenemos claro es que, en esa travesía, la formación continua de todos cuantos formamos la familia Blues Simon Group es esencial.

Desde que empezamos la aventura de Blues Simon Group hace más de una década, siempre hemos concebido la formación continua como una inversión y no como un gasto; una inversión de futuro que aporta múltiples beneficios, tanto desde la óptica interna como externa.

Sólo desde el punto de vista de los trabajadores el desarrollo de estas actividades formativas trae consigo la alegría de lograr metas individuales, favorece la igualdad de oportunidades, eleva significativamente la satisfacción en el puesto de trabajo y evita el estancamiento en su cualificación profesional, mejorando su situación laboral.

La construcción y la decoración son campos fértiles para la innovación y exigen estar al día de las últimas novedades del sector. Conscientes de ello, siempre hemos huido de las elevadas tasas de rotación de personal que, a la postre, termina conformado por profesionales carentes de conocimiento básico e integrales de la construcción.

Formación

Formación planificada

Asumidas las ventajas que trae consigo la formación continua, no sirve cualquier formación. En el sector de la construcción especialmente, se ha pecado durante muchos años de no planificar las actividades formativas adecuadamente. Por el contrario, se ha tendido a lanzar acciones que respondían a necesidades puntuales, en muchas ocasiones, incluso, con las obras ya iniciadas.

Se precisa, pues, una gestión integral de la formación; sólo de esa manera se crecerá realmente y el gasto se convertirá en una inversión a largo plazo. Fruto de esta gestión, en Blues Simon Group somos capaces de detectar las necesidades de formación en cada área específica, apoyándonos en una sistematización que se ha ido consolidando con el paso de los años.

De esta manera, hemos podido crear especialidades e itinerarios formativos con los que los trabajadores amplían su patrimonio de conocimientos y habilidades. Así, por ejemplo, temas como la calidad, el medio ambiente o la eficiencia energética son sólo algunas de las que han emergido en los últimos años y a las que estamos dando respuesta.

Prácticas como, a pie obra, no facilitar formación a los más jóvenes por entender que no es rentable porque se trata de un empleo transitorio están desterradas en Blues Simon Group.

Responsabilidad conjunta

Para que la estrategia de formación continua tenga éxito y termine repercutiendo en un incremento de la calidad que le llega al cliente, es imprescindible la implicación de todos los departamentos de la empresa.

En Blues Simon Group concebimos esta tarea como una responsabilidad conjunta del trabajador y del resto de la empresa, en la que los cargos directivos también han de involucrase. Sólo así se tiende un puente transversal que contribuye a ganar fluidez en las relaciones a lo largo y ancho de la organización.

Por otro lado, en nuestra empresa no perdemos de vista la otra cara de la moneda de la formación: no sólo trae consigo beneficios, también supone un esfuerzo añadido para los trabajadores, por lo que también en este aspecto es importante respetar la conciliación familiar.

Estamos convencidos de que 2019 será un gran año, para Blues Simon Group y sus clientes, porque invertir en formación siempre es mejorar y ello conduce, inevitablemente, al crecimiento y la calidad que nos avalan desde hace más de una década.